martes, 7 de diciembre de 2010

Con todos ustedes...¡MARTES!

Estamos a Martes, escribe Martes, o sea, yo (Sarikah). No sé muy bien que conchas voy a escribir porque tengo demasiadas cosas en mi cabeza en este momento, a sí que si sale un popurrí raro que ni yo entienda os tendréis que esperar al próximo Martes para que yo escriba mejor...¡que no, que es broma! Vamos a ello...

Este casi acabo puente ha sido, desde mi punto de vista, raro y, no quiero decir RARO, quiero decir DIFERENTE. Me explico, creo que soy una desgraciada, me han robado 2 veces mis cámaras, y sufro una gran enfermedad que ni el olor a chocolate caliente puede curar, ¡y eso si que es raro!. Es una putada, la verdad, ver el cielo cuando va muriendo con esas círculos anaranjados y rallas amarillas y que no puedas parar ese momento, como si se tratase de un asesinato, vaya, piénsalo: tu piel ya no es tu piel, pertenece a la de un gran detective con el deber de resolver un caso. La escena trascurre en una cocina, una pareja discute, el marido coge el cuchillo más próximo a él y le asesta una puñalada a su mujer por detrás. Ahora bien, todo ha pasado muy rápido, y para el detective sería sensacional haber estado detrás de la cortina, escondido, y haber pausado con el click de su cámara el preciso momento en el que el cuchillo traspasa la piel de la mujer y va rompiendo los círculos sanguíneos y tejidos. Suena extraño pero, esa sensación que sentiría el detective al no poder parar ese instante es la que siento yo al ver el cielo de la tarde de ayer y no poder fotografiarlo, qué locura.
Pero bueno, hay remedio para todo y pienso que para mi enfermedad también..,¿o no?

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